EL PARAÍSO DE LOS JEQUES
VIVIR EN CATAR
Texto: RAFA LÓPEZ
Con sus enormes reservas de gas y petróleo, la mayor renta per cápita del planeta y un desempleo casi inexistente,Catar y otros países del Golfo Pérsico, como Dubái, se han convertido en la nueva tierra prometida para no pocos gallegos. En la península que acogerá el Mundial de fútbol de 2022 están censados unos 650 españoles, que han seguido los pasos de futbolistas célebres como Guardiola,Raúl y el exjugador del Celta Míchel Salgado, que es comentarista de la cadena catarí Al Yazira y que ahora dirige una escuela de fútbol en Dubái junto a otro excéltico, Pablo Coira. Pero los gallegos que viven y trabajan en Catar y en Dubái son expatriados anónimos que, tras liarse lamanta –o el pañuelo árabe,en este caso– a la cabeza,han peleado duro para subirse a la alfombra mágica del desarrollo catarí.
“La vida aquí en general es fácil de llevar, a pesar de las obvias diferencias culturales, y la experiencia es buena”,comenta desde Catar el joven vigués Joaquín Colunga,que lleva solo siete meses en el país,aunque conoce bien la zona porque anteriormente vivió en Dubái, uno de los Emiratos Árabes Unidos. Su caso es prototípico. Trabaja con una empresa constructora española que desarrolla varios proyectos en el país. El de la construcción es el sector más pujante de este emirato con una extensión similar a la de la provincia de Lugo y unos 2 millones de habitantes,la gran mayoría extranjeros. Los rascacielos y otros megaproyectos de ingeniería proliferan como hongos.
Una de las ideas más extendidas sobre Catar es que los salarios triplican los españoles, una expectativa que no siempre se cumple.“Se trabaja muchas horas y para gente sin mucha experiencia, los salarios no son tan altos –advierte Colunga–.A la gente que piense en venir a buscar trabajo al país les diría que sólo hay posibilidades para perfiles cualificados y con buena experiencia”.
LOS GALLEGOS RESIDENTES EN EL“PAÍS DE MODA” DICEN QUE EN ÉL HAY MÁS OPORTUNIDADES, PERO NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE. LA VIDA SOCIAL, EN CAMBIO, ES MEJOR DE COMO LA PINTAN
Víctor Rodríguez,empresario vigués que lleva cinco años en Catar, opina que el nivel salarial es“normal para gente cualificada, para nada dos o tres veces más”.Y añade que los gastos también son elevados:“ Si quisieses traerte a tu familia, te harían falta unos mil euros por niño para la educación,mínimo unos 2.000 para vivienda, y coche para ti y para tu familia ya que las temperaturas son muy altas”.
Joaquín Colunga matiza que, aunque los salarios no son tan elevados para los trabajadores sin mucha experiencia o no demasiado cualificados, el hecho de no pagar impuestos siempre hace que las condiciones sean mejores, además de que las empresas suelen pagar alojamiento,coche y seguro médico privado a sus empleados.
David Quintanilla, joven empresario vigués que fundó en la ciudad olívica varios locales de ocio de gran éxito, constata una gran diferencia entre los emprendedores y los expatriados a sueldo.“ Los trabajadores por cuenta ajena tienen unas condiciones salariales increíbles”, explica.“Los emprendedores no tenemos la misma seguridad, pero tenemos muchas más oportunidades”.
David,que dirige una empresa de eventos, lleva siete meses en Catar y está tramitando su residencia, para lo cual necesita esponsorizarse, contar con un catarí que ejerce como“tutor” legal.Actualmente vive con visado de turista, por lo que tiene que salir del país cada dos meses.
Las condiciones de entrada,en principio,no son duras. Se ingresa como turista, se abonan 20 euros, se presenta una tarjeta de crédito y listo. Pero los trámites para la residencia son mucho más farragosos:“ Te piden certificado de penales que hay que pedir en Madrid, convalidarlo con Exteriores y que te lo selle el consulado catarí. Todos tus estudios los tienes que certificar y traducir”, cuenta David Quintanilla. Uno de los gallegos contactados por Faro para este reportaje lleva desde enero con el papeleo burocrático.Y se pide también un análisis de sangre y una placa de tórax, para descartar sida y tuberculosis. David Quintanilla le quita hierro:“Es parecido al control médico anual que te haces en cualquier empresa”.
Otra de las dudas frecuentes cuando se habla de Catar y de otros países musulmanes del Golfo es el papel de la mujer. David Quintanilla augura que“el país lo van a terminar gestionando las mujeres”, ya que los hombres están acomodados en su riqueza y estudian y trabajan menos.El buenense Manuel Juncal, trabajador cualificado de la construcción que lleva casi un lustro en Catar, coincide en el diagnóstico:“Las mujeres tienen libertad para decidir si van tapadas o no, y tienen mucho poder”.
Tal vez una de las razones del papel relevante de la mujer en la sociedad catarí sea la jequesa Mozah, segunda esposa del emir Hamad, monarca absoluto del país, y directora de la Qatar Foundation, la entidad que patrocina al F.C. Barcelona. Madre del jeque heredero, fue una de las primeras consortes de las familias reales de la zona en descubrir su rostro en público.
Quien mejor puede hablar de esto son las propias mujeres, como María López, viguesa de 38 años que dirige en Catar la empresa Prime Events, propiedad de Yassen Al Binali,exdirector de Qatar Petroleum y su espónsor en el país. Prime Events ha firmado un acuerdo con el instituto Campus Stellae, con oficinas en Santiago de Compostela.“Soy madre soltera y separada y el padre de mi hija es marroquí –comenta María López– No he tenido ningún problema, y por papeleta me tocarían todas”,ironiza.
Joaquín Colunga apunta que las mujeres –a veces ataviadas con abayas (túnicas) negras y un hiyab (velo) dejando ver solo los ojos– no pueden tener hijos sin estar casadas, ni mantener relaciones fuera del matrimonio,además de que las relaciones con extranjeros “están muy mal vistas, pueden llegar a ser expulsadas de su familia o incluso perder la nacionalidad”.
Y es que, aunque mucho más abiertos que Arabia Saudí, donde rige totalmente la sharia,Dubái y Catar no dejan de ser países musulmanes en los que las mujeres siguen sujetas a restricciones. La pontevedresa Natalia Felgueroso, que lleva cuatro años en Dubái con su esposo y tres hijos pequeños, recuerda que es necesaria la firma del marido para trabajar y para actos tan prosaicos como abrir una cuenta bancaria y comprar un teléfono.“Aquí [en Dubái] tienes que estar casado, no se puede vivir en pareja”,recuerda.
La mujer puede vestir al modo occidental con algunas limitaciones:“ No llevar ropa de tirantes,ni minifalda, ni chancletas...Y hay otras de comportamiento: no ir de la mano y no dar muestras de afecto en público”.
Esa es,a ojos de un occidental, una de las costumbres más chocantes: una pareja no puede ir de la mano en la vía pública –ni siquiera un matrimonio–, pero dos hombres que son amigos,sí. David Quintanilla dice que hay una segregación entre hombres y mujeres que es cultural, no impuesta legalmente.“Vas a un restaurante y están cinco tíos sentados en una mesa y cinco tías al lado,que son sus mujeres, en otra mesa”, cuenta.“Y cuando llevas a un catarí a una fiesta, no se comporta con naturalidad con las mujeres, no están acostumbrados”.En cuanto al culto no musulmán,se puede practicar sin problemas.“ Somos católicos y [en Dubái] hay misa en inglés varias veces al día y en castellano cada 15 días”,dice Natalia Felgueroso. No se puede beber alcohol, pero a los hoteles de 5 estrellas sí es es permitido servirlo y las empresas facilitan a los trabajadores extranjeros tarjetas que, dependiendo del estatus y del salario, permiten comprar una cantidad de alcohol al mes.También hay zonas habilitadas para comprar cerdo en ciertos lugares.
No todo van a ser desventajas en cuanto al nivel de vida.Se puede dejar la casa abierta y las llaves puestas en el coche –imprescindible para que el aire acondicionado mitigue el intenso calor–, y el teórico invierno del Golfo es más cálido que el verano gallego. En la “estación mala”, como la llama Natalia Felgueroso, se registran hasta 50 grados de temperatura y un 90% de humedad. La mayoría de los gallegos consultados para este reportaje coincide en que los cataríes tienen un carácter más cerrado, familiar y tradicional,aunque son muy amables y aprecian mucho España. Los españoles se suelen relacionar más con expatriados occidentales, aunque Víctor Rodríguez,dice tener“unos amigos locales maravillosos”,como lo demuestra su foto en este reportaje. Manuel Juncal es otra excepción.“Mis mejores amigos aquí son árabes –dice–,me relaciono más con ellos que con los spanish u occidentales”, destaca.
“LAS MUJERES EN CATAR TIENEN LIBERTAD PARA DECIDIR SI VAN TAPADAS O NO Y TIENEN MUCHO PODER, DICE EL BUENENSE MANUEL JUNCAL"
Para Víctor, con mujer (Bea) e hijo (Nico) en La Doblada, lo que más le llama la atención de Catares el precio de la gasolina (0.17 euros por litro,el séptimo país con el combustible más barato del mundo) y“la cantidad de vehículos de alta gama, que en España solo se ven en las revistas”.Manuel Juncal,por su parte,considera llamativo“lo bien montado que lo tienen todo para que la riqueza se quede como mínimo un 51% en el país”, y que “no saben qué hacer con el dinero”.Algo parecido piensa David Quintanilla para quien Catar es un país extraño,en cuanto a que “son muy pocos [unos 250.000 nacionales] y tienen más dinero que todos los demás países juntos”.Y eso que Catar era el hermano pobre del Golfo, que vivía de la pesca y de las perlas hasta que hacia 1940 se descubrieron grandes yacimientos de petróleo y de gas en el país. La mayoría de los gallegos consultados para este reportaje coincide en que los cataríes tienen un carácter más cerrado, familiar y tradicional,aunque son muy amables y aprecian mucho España. Los españoles se suelen relacionar más con expatriados occidentales, aunque Víctor Rodríguez,dice tener “unos amigos locales maravillosos”,como lo demuestra su foto en este reportaje. Manuel Juncal es otra excepción.“Mis mejores amigos aquí son árabes –dice–,me relaciono más con ellos que con los spanish u occidentales”, destaca.
Pese a tanta riqueza –o tal vez por ello–, los obreros de países como India,Pakistán y Nepal que trabajan en los megaproyectos de construcción viven en campamentos y cobran unos 200 euros al mes,que aún así es más de lo que cobrarían en sus países de origen. “Ese es el truco”,dice David Quintanilla.“Las autoridades cataríes han intentado mejorar sus condiciones, pero siguen siendo bastante malas y se dan casos de suicidios entre esta población, aunque que se trata de ocultar en los medios”, señala Joaquín Colunga.
La vida, en fin, parece liviana para los gallegos,sobre todo comparada con el duro día a día de la mano de obra barata asiática. Aunque echen de menos la comida gallega,“leer el Faro”o“tomarse una Estrella”, lo mejor es el clima positivo y de pujanza del país, que tanto contrasta con el de España.“ Cada día te enteras de que alguien que ha conseguido cosas –apunta David Quintanilla–,hace que te levantes cada mañana con fuerza y con optimismo”.No es el país de“Las mil y una noches”,pero los que llegan a Catar tampoco predican en el desierto.
Fuente: Faro de Vigo
Instituto Europeo Campus Stellae
World Press Area
C/ Concepción Arenal, nº 1.
15702- Santiago de Compostela. España
T.: 0034-981-522788
No hay comentarios:
Publicar un comentario