En algunas ocasiones hablamos sin preocuparnos demasiado por el vocabulario que empleamos o por el modo en que decimos las cosas y, sin embargo hablar bien, es el camino más corto y eficaz hacia la elegancia y la distinción de una persona. La recomendación más sencilla es pensar bien lo que vamos a decir, porque cuando hemos dicho algo, no hay marcha atrás. Y una primera impresión al final es la que queda en la mente de todos.
A continuación algunos pequeños trucos que podemos poner en práctica para llegar a ser un buen conversador:
–Saber respetar las opiniones ajenas, y si en algún momento estamos en desacuerdo, claro que podemos rebatirlas, pero debemos hacerlo sin ofender y sin descalificar al otro.
–Procure sonreír y ser amable con todos los colocutores.
–En la conversación es tanto o más importante que hablar, el saber reforzar nuestras palabras con un buen contacto visual hacia nuestros interlocutores.
–Tener presente que el lenguaje corporal nos delata muchas veces. Y no hay nada mas incómodo, que una persona que se contradice, y donde lo que habla, nada tiene que ver con lo que manifiesta, por ejemplo, a través de las muecas de su rostro, o con el movimiento de sus manos, etc. La sensación es que nos está engañando.
–Importante es también hacer un esfuerzo por vocalizar correctamente y modular la voz. Y como todo, hay que ejercitarlo y practicar.
–Tenga cuidado en no hacer preguntas o alusiones íntimas o indiscretas.
–No hable de personas ausentes, y mucho menos si es para hablar mal.
–Evite los monólogos, que son especialmente aburridos y tediosos, si son sobre sus logros, o lo que tiene o deja de tener, y hable mejor de temas que interesan a la mayoría. Es en definitiva tratar de ser elegante y discreto.
–Evite que haya personas aisladas en una conversación. No olvidemos que la mayoría de los tímidos son grandes conversadores y muy interesantes.
–Además de saber hablar, hay que aprender a escuchar y a respetar los turnos de palabra, para de ese modo crear el clima para la perfecta tertulia. En definitiva, seremos corteses, educados y cordiales.
–Nunca hable solo con sus vecinos de mesa a derecha e izquierda, sino que si la mesa lo permite, debe mantener una conversación general para todos.
–Si acude con pareja, no se aísle conversando solo con ella. Por eso, el Protocolo nunca sienta juntos a las parejas, con el objetivo de integrar mucho mejor el grupo.
–Si es anfitriona o anfitrión, se encargará de iniciar la conversación, y si hay brindis, tendrá que hacer el primero. En el discurso del brindis, solo agradece, y será breve, claro y ameno. Atención: no se chocan las copas para evitar accidentes, solo se levantan a la altura del mentón, se mira a los presentes a los ojos y se bebe, o hace el ademán de beber, si es abstemio. La esencia del brindis es el contacto visual.
Por último, cuando tienen que hablar varias personas, el orden para hablar es muy claro: Primero habla la persona de menor importancia, y termina hablando la de mayor importancia.
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