El movimiento del cuerpo
Instituto Europeo Campus Stellae
Área de Protocolo y Ceremonial
Por NURIA PEREIRA
Directora IECS.
Nuestro aspecto físico, la forma en que vestimos y la
conversación nos definen, pero no debemos olvidar nuestros gestos, el
modo en que nos movemos, la forma de caminar y de sentarnos o la forma
de mirar. Con todo ello estamos transmitiendo constantemente mensajes
visuales que son mas importantes que nuestras palabras.
Los
movimientos son inevitables e involuntarios, aunque sí es cierto que
podemos aprender a manejarlos. Son gestos rápidos y sutiles de modo que
no podemos apreciarlos de forma clara, pero sin embargo el mensaje lo
recibimos claramente. En nuestro Máster en comunicación no verbal, lo
más divertido es cuando analizamos nuestro propio lenguaje no verbal.
Partiendo de la idea de que los primeros minutos a la
hora de conocer a alguien son esenciales, para una buena entrada
debemos buscar el sentimiento de simpatía hacia la otra persona, ya que
la simpatía o antipatía es casi siempre recíproca. Esta disciplina de la
CNV, es esencial a la hora de educar a líderes a través de lo que yo
llamo protocolo e imagen personal. Con ello quiero insistir en que a
pesar de que efectivamente los gestos son involuntarios, sí podemos
educarlos y cambiarlos. Uno de los aspectos mas importantes de la CNV es
la quinesia, que estudia el movimiento corporal, las expresiones
faciales. Hoy tocaré algunos rasgos de la mirada. Como dice el refrán:
los ojos son el espejo del alma.
Tipos de miradas:
– Cuando las pupilas se dilatan manifiestan atracción
física hacia nuestro interlocutor. Si por el contrario se hacen
pequeñas, significa enfado.
– Hay que mirar de frente, es muestra de sinceridad.
Mirar de reojo está prohibido, porque denota desconfianza, y detrás de
la desconfianza algunas personas alimentan la violencia.
– Las personas extrovertidas son las que más aguantan el contacto visual, lo contrario es de personas introvertidas.
– Los ojos muy abiertos suelen ser muestra de admiración.
– Bajar la vista se interpreta como signo de humildad, timidez y modestia.
– La mirada fija y permanente puede interpretarse como forma de desafío.
– En el mundo occidental lo correcto es mirar a los
ojos y mantener la mirada unos segundos. Pero en el mundo oriental,
especialmente como ya he comentado en otras ocasiones es una
descortesía.
– En un primer momento cuando nos presentan a otras
personas, no es muy correcto que la mirada sea intensa y persistente ya
que con ello lo que seguro conseguiremos será intimidar a la otra
persona, o también se podrá interpretar como intención de transmitir un
mensaje de deseo.
– Cuando estemos hablando lo correcto es mirar a la
otra persona, pero no tiene porque ser exactamente a su ojos. Le
miraremos a los ojos cuando queramos reforzar nuestra seguridad y
sinceridad. Aquellos que mienten raramente nos miraran a los ojos.
– Para algunos indiscretos y osadas, recordar que mirar a las personas de arriba a abajo es una actitud grosera e insolente.
– Como última recomendación es especial en esta época del año, si llevamos gafas de sol debemos quitarlas siempre al hablar.
Y para terminar, recordar nuestra juventud cuando
sentíamos como el alma podía hablar con los ojos y también besar con la
mirada.
protocolo@campus-stellae.com
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